Los barras, de nuevo a sus anchas.

Una nota del diario Olé publicada por Gustavo Grabia volvió a poner en evidencia los contactos entre los violentos y los dirigentes. Está vez, con carácter internacional: los que apretaron a Pezzota en el River-Belgrano disfrutaron, desde el palco, la final de la Copa América.

Un informe del diario Olé publicado el miércoles 27 de julio por el periodista Gustavo Grabia dejó en evidencia los contactos entre los barra bravas y la dirigencia nacional. En este caso, el informe señaló que “los barras de River que apretaron a Pezzotta vieron la final de la Copa América desde un palco. Se les abrió una causa y la Justicia citó a Passarella a indagatoria”. El combo incluye todo en uno, parece.

Grabia relata que “en medio de un ambiente plagado de trajes caros, resaltaban tres camperones de River. Uruguay le estaba ganando a Paraguay la final de la Copa América y en uno de los palcos a metros de donde se ubicaba Joseph Blatter, presidente de la FIFA, el jefe de Los Borrachos del Tablón, Martín Araujo, junto a dos de sus laderos (el Uruguayo Larrain y Chimi) celebraban aquello de “pertenecer tiene sus privilegios”. En una afrenta al Ministerio de Seguridad de la Nación y a la Justicia, los barras que tienen pendientes un pedido de captura por apretar al árbitro Sergio Pezzotta en el partido contra Belgrano, se paseaban por el Monumental como si fuera su casa”.

Grabia cuenta también que “un miembro de seguridad en espectáculos deportivos los vio y le dio aviso a la Policía y al fiscal porteño de turno, Adrián Martín, quienes actuaron rápido. Así a los tres barras se les abrió una causa por ingresar sin autorización a lugares reservados (artículo 94 del Código Contravencional) que tiene una pena mínima pero que sumada a la causa ya en trámite por la amenaza a Pezzotta, podría acarrearles una condena importante. Lo insólito es que después de lo ocurrido en aquel partido por la Promoción, River y AFA no les hayan aplicado derecho de admisión. ¿Complicidad o negligencia? La Justicia porteña, en todo caso, parece inclinarse por la primera opción”.

Por esas mismas horas en que se difundía esto, los medios en su conjunto informaron que el presidente de River, Daniel Passarella, había sido citado a declaración indagatoria por el apriete de los barras al árbitro Pezzotta, en el entretiempo del partido entre River y Belgrano, por la revancha de la Promoción. También se citó a los vicepresidentes Diego Turnes y Omar Solassi, el secretario general Daniel Bravo, el tesorero Luis Renzi, el gerente Cristian Francisco, Carlos Mosquera, vocal a cargo del área de Seguridad de estadio, el vocal suplente Néstor Bebote Morelli y los empleados Luis María Delaico, de Seguridad, y Francisco Jajo Bierniakowicz. Este último está sindicado como el nexo con los violentos.

Grabia agrega que “en las próximas horas saldrían las cédulas para varios policías acusados de encubrir a los barras”.

Desde SAF volvemos a preguntarnos lo que las autoridades nunca pueden responder, ni en palabras ni en hechos: ¿Por qué tampoco este Gobierno tiene voluntad de terminar con el negocio que se genera alrededor de los barras bravas?

Mientras, desfilan los familiares de las víctimas de estos violentos. Y se da la paradoja de que los barras ingresan a los estadios como si nada y, en cambio, no se les permite entrar a los familiares de fallecidos que quieren recordar a sus seres queridos y pedir que no haya olvido.

De momento, desconocemos cuál es el proyecto del Ministerio de Seguridad para modificar el aspecto legal en lo que al derecho de admisión se refiere. Parece que con la asunción de la Ministra Nilda Garré el asunto sigue sin cambios.