La difícil tarea de ser hincha de fútbol

Domingo, 16 de diciembre de 2012

 

Mariano Bergés ha comprobado, una vez más, que los vericuetos oscuros en el fútbol siguen vigentes. Asistió a un partido en la cancha de Independiente en la que se enfrentó de manera natural con los diversos factores que alteran al deporte preferido de los argentinos.

SAF refuerza su teoría de que nada ha cambiado en materia de violencia deportiva. La pasada semana ha finalizado el Torneo Inicial y ha dejado indicios claros de lo poco que se ha realizado en este 2012. El campeonato dio una muestra constante de agresiones dentro y fuera de los estadios.

Mariano Bergés, el vicepresidente de nuestra ONG, ha realizado el procedimiento habitual de cualquier hincha que quiere asistir a ver a su equipo. En esta ocasión, se tomó al Club Atlético Independiente -representa un buen muestreo si se tiene en cuenta el nivel de acontecimientos con violencia que han sufrido a lo largo del año y porque, además, es el claro exponente de lucha contra éstos-. En la semana previa se coordinó con el personal de seguridad del club la asistencia de SAF. Por tales motivos, el análisis del encuentro radicó principalmente sobre el público local.

El encuentro se disputó el domingo 9 de diciembre a las 17 horas entre el local Independiente y Colón de Santa Fe. La descripción de los hechos se hará en orden cronológico.

El factor determinante que denota la vigencia de los violentos ocurrió en las cercanías al estadio. En la Avenida Belgrano –dentro del partido de Avellaneda- los apodados “trapitos” realizaban su ilegal labor de invitar a estacionar a los autos, para cobrar por adelantado (¿?) y retirarse sin hacer absolutamente nada.. En la intersección con la calle Piaggio, Bergés, en su intento de estacionar su automóvil, se cruzó con un señor robusto y vestido con una remera verde oscura que se hacía cargo de esa cuadra y le hizo saber que debía abonar 20 pesos para dejar su vehículo allí. Como respuesta, el ex juez le informó que, en tal caso, el pago debía ser voluntario y después del partido porque, de lo contrario, no habría garantía de que el auto fuera  cuidado. El “trapito” le indicó que las condiciones son otras, que el pago se debe realizar previo al partido porque en el post ninguno lo abona y la situación confluye violentamente, o según sus propios dichos: “me tengo que cagar a trompadas”.

A pesar de la tensa situación, el representante de SAF insistió en que el pago no lo realizaría en dicho momento, a lo que el supuesto cuida coches de modo molesto y enojado arremetió: “Entonces sacá el auto y dejalo en un estacionamiento”.  Acto seguido, Bergés le preguntó si se podía estacionar en la Avenida y la respuesta fue que sí, por tal motivo le confirmó que su vehículo quedaría en dicho lugar. Al parecer, no es aceptada ninguna postura contraria a la que dictaminan estos personajes. Como consecuencia, de muy mal modo, y con un tono amenazante el “trapito” le dijo que saque el auto porque no sabía lo que podría llegar a pasar.

La situación vivida por Mariano Bergés representa una amenaza directa, prevista en el artículo 149 bis del Código Penal (amenaza coactiva, denominada ordinariamente coacción). Por tal motivo, el ex juez  se encaminó – con previo aviso al involucrado- a la comisaría para realizar la denuncia correspondiente y averiguar qué sucedía al respecto. En el departamento policial, el oficial de servicio se la tomó de muy mal modo y ante el reclamo de Bergés, otro oficial se ocupó de acompañarlo a identificar al sujeto amenazador. Acto seguido, el individuo fue trasladado a la comisaría y  el vicepresidente de SAF se dirigió hacia el estadio.

En el estadio Libertadores de América se observó el comportamiento de la hinchada durante una hora, en la previa y el comienzo del encuentro. En ese momento dialogó con Luis Morales, el responsable del APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) y con Florencia Arietto, la jefa de seguridad del club.  Durante la presencia de Mariano Bergés no hubo incidentes ni tampoco se vieron situaciones que así lo indicaran. El representante de SAF se retiró al poco tiempo de comenzado el encuentro.

Situaciones como la detallada anteriormente son cotidianas en un encuentro, de cualquier división y en cualquier parte del país. La naturalidad en los hechos asienta aún más este tipo de acontecimientos y lo llevan al estado de explotación máximo. En esta ocasión, los abusivos no se exhibieron  en el estadio, pero siempre existe un rincón en el que arremeten contra la voluntad y los derechos de los hinchas y ciudadanos. El acontecimiento vivido por Mariano Bergés remarca el patoterismo que presentan los “trapitos” (anteriormente denunciados por Salvemos al Fútbol) y el desinterés de las Policías en impedir actos de esta naturaleza, todo lo cual genera no sólo en los integrantes de SAF, sino también en gran parte de la sociedad, la seria sospecha de que esa misma policía se encuentra en connivencia con quienes se presentan como cuidacoches sin serlo, en un gigantesco negocio que se hace a costa del apriete y la violencia.

Para que la erradicación de situaciones que benefician a unos pocos y que hieren a la mayoría sea efectiva, se debe contar con el apoyo de todos. Autoridades y simpatizantes. La unión será el único camino para librarse de los violentos y de quienes encubren delictivamente. Porque pasan los años, pasan los jugadores, pasan los dirigentes, pero la violencia sigue…