Barrasbravas: entre lo tribal y lo mafioso

¿Por qué los barrabravas se matan entre sí? Algunas explicaciones sobre un fenómeno actual

 

Las últimas víctimas de la violencia en el fútbol fueron producidas en enfrentamientos internos entre miembros de una misma hinchada, de a dos o en pares[1].   

 

¿Cuáles son las causas?

A contramano de lo que se sostiene en los medios de comunicación, los asesinatos de un barrabrava por los miembros de una facción de la misma hinchada, producto de una situación de venganza o vendetta, provocan un corte en la secuencia de espiralización de muertes. Estas muertes funcionan en estos grupos faltos de regulaciones externas como mecanismos de auto regulación de los niveles de violencia. Mientras que los hechos de violencia lejos están de desaparecer lo que si se interrumpe es la sucesión indefinida de asesinatos. Los asesinatos que provocan las muertes no constituyen hechos sin sentido, al contrario, poseen un claro significado al interior de la propia hinchada y es la de asumir la función social de regular internamente el umbral de violencia permitida

 

 

Nueva muerte, situación repetida

La muerte de Roberto “Pimpi” Camino, ex jefe de la barrabrava del club Newell`s Old Boys de Rosario, ha sido el corolario de una serie de hechos de violencia que en los últimos tiempos han tenido como protagonistas a diferentes hinchadas del fútbol argentino. La llamativa frecuencia que han alcanzado estos episodios ha reubicado en el centro de la escena a las barrabravas, pero ya no únicamente en el rol de victimarios sino ahora también como víctimas, desnudando de forma brutal el funcionamiento de un tipo de organización que parece cada vez más consolidada.

Mientras el promedio anual de muertes del fútbol en los últimos 20 años es de casi seis casos, de manera trágica en los primeros tres meses que van del 2010 ya se ha alcanzado esa misma cifra. Pero con la curiosidad que esas seis muertes fueron consecuencia de enfrentamientos internos entre facciones de una misma hinchada. Este dato nos habla claramente de un fenómeno nuevo, que tiene que ver con la acentuación y exacerbación de un modo de organización propio de las barras.

Para comprender entonces el fenómeno de estas últimas muertes que “vienen de a dos”, comenzaremos por revisar cuales son las bases sobre las que se estructura el comportamiento de las barrabravas en tanto grupo social. Para posteriormente entender que las muertes causadas como contestación a otra muerte en el seno de la hinchada de un mismo club, cumplen lo que la sociología llama función social, lo cual significa que ese hecho en apariencia irracional posee un sentido.

1990-2010

1990-2010

Fútbol, negocios y barrasbravas

Un primer elemento que salta a la vista por lo evidente, resulta del hecho de que el fútbol en su etapa actual vive un proceso de hiper mercantilización, se ha convertido en una actividad económica que moviliza cada vez más importantísimas sumas de dinero. El futbol se ha vuelto un negocio millonario del cual participan jugadores y sus representantes, medios de comunicación, empresas, dirigentes de clubes, políticos y más recientemente el propio Estado. Los barrabravas, más allá de que su participación no sea legitimada oficialmente, son actores de peso en la vida de los clubes. Este lugar que ocupan, hace que se autoperciban ellos también, como genuinos beneficiarios del reparto del dinero generado por las actividades del club.

Una primera conclusión se desprende de este análisis; las peleas internas entre miembros de las hinchadas tienen como objeto de disputa la apropiación de un espacio, el liderazgo interno de la hinchada para asegurarse el control de la barra. Comandar una hinchada otorga ciertas ventajas comparativas, quien “maneje” la barra tendrá acceso a negocios y podrá obtener dinero. Así, las luchas internas en el universo de las barras son motivadas por dos elementos íntimamente conectados: poder y dinero.

Un claro ejemplo de la relación entre poder, dinero y violencia, puede observarse en la sangrienta interna que vive actualmente la barra del club Estudiantes de La Plata. Con la consolidación del equipo en los primeros planos nacionales y continentales, ha aumentado el flujo de dinero que moviliza la institución, y al mismo tiempo, en paralelo, se ha desatado una feroz contienda entre cuatro facciones de la barrabrava.

Una segunda conclusión, consiste en observar que la violencia resulta un elemento mediante el cual se resuelven los conflictos por el poder y el dinero en las barras.

Es decir que esa violencia no es irracional, posee un sentido. Sin embargo, y si bien el conflicto en la disputa por el dinero es algo propio de las sociedades capitalistas, no siempre estas disputas se dirimen de forma violenta. De esto surge la siguiente pregunta: ¿por qué en las barras los conflictos por poder y dinero se resuelven de modo violento e involucran muertes? Ante esta pregunta, importante para comprender las causas de las muertes que últimamente acontecieron en el fútbol argentino, es posible encontrar dos causales explicativas que están fuertemente entrelazados.

 

a)     Tal como lo señalan los trabajos de los antropólogos argentinos  [2],

 

las hinchadas como grupo se rigen por una lógica de funcionamiento interno de tipo tribal, en donde la violencia es una forma de relacionarse aceptada y natural.

 

a)     Por otra parte, no puede dejar de entenderse la violencia del futbol por fuera del contexto de la sociedad argentina en la cual se halla inserta. En una sociedad en donde el Estado se ha retirado de su función de controlador y regulador imponiendo límites estrictos, resulta ciertamente lógico que la violencia sea una forma posible de resolución de los conflictos y en este caso en particular, de los conflictos económicos que se suceden en el seno de las barrasbravas.

 

Negocios nuevos, prácticas antiguas

En paralelo a esta tendencia hacia una la mercantilización cada vez mayor del fútbol, las hinchadas también, como grupo organizado, van extendiendo sus áreas de influencia y su repertorio de actividades. Si en algún momento esas actividades tenían una relación estrecha con el espectáculo deportivo (cuidado de autos, reventa de entradas), ahora las fuentes de financiamiento se han ampliado y encontramos auténticas “unidades de negocios” independientes, similares a las de cualquier empresa (“tours de barras”, “clases” para hinchadas extranjeras, seguridad privada en eventos, participación como fuerza de choque en actos políticos, entre otras).

A pesar de ese “desarrollo” en las actividades del grupo, no se ha verificado un cambio en los modos de relación. Por el contrario, la violencia persiste como el elemento clave que define el acceso a los puestos de poder, pero además esa violencia adquiere grados mayores de intensidad, que culminan en las muertes por venganza al interior de las propias hinchadas. Es decir, la disputa por el control de los negocios se dirime usando a la violencia como medio material y simbólico.

 

La vendetta y el espiral de la violencia

Para entender el uso de la violencia y particularmente estas muertes que como hemos observado se producen en espejo o de a pares, observaremos ciertos puntos de contacto que se dan entre las barrabravas y los grupos mafiosos tradicionales, quienes han utilizado a la venganza o vendetta como forma de regulación de la violencia ante la falta de un poder centralizado que se imponga.

Entre grupos mafiosos, cuando a uno de los bandos, la otra banda rival le asesina a uno sus miembros, los primeros contestan con otra muerte sobre algún miembro del  grupo agresor, con la intención de generar en quienes han iniciado las hostilidades un sentimiento de temor y amenaza que los lleve a no continuar con la escalada violenta. Es así que por temor a sufrir más asesinatos en el seno de su grupo o facción, quien inicio las muertes desiste de continuar con la violencia y los asesinatos. Al contrario de lo que suele pensarse, la vendetta pone un fin a los asesinatos, regula la violencia  desatada. La vendetta cumple vista de esta forma, una función social: la de limitar y regular el uso de la violencia, los desbordes violentos al interior de una organización mafiosa.

En este sentido, las muertes en forma de vendetta entre las hinchadas de fútbol, al igual que sucede en grupos mafiosos y tribales, constituyen una forma de regulación que pone freno a la sucesión continúa de muertes y asesinatos. Ello puede contrastarse con los últimos hechos de violencia en los cuales las muertes entre miembros de una misma hinchada pertenecientes a facciones y sucedieron de a dos, pero no de a tres o de cuatro.

 

Breves conclusiones

Recapitulando, las muertes entre miembros de una misma hinchada se explican a partir de una conjunción de factores. La lucha por lograr una posición de poder dentro de una misma hinchada posibilita a quien la ostenta el acceso a grandes negocios, estas disputas violentas se suceden en grupos con características cuasi tribales, que se relacionan a través de la violencia, donde esta es una forma de relación entre sus miembros, y por lo tango asume un sentido. Este hecho no puede ser disociado de un contexto más amplio caracterizado por la falta de regulación y presencia estatal. Respecto a la venganza o vendetta, contrariamente a lo que se menciona desde los medios de comunicación, es un elemento que corta la secuencia indefinida de los asesinatos.

 

Bibliografía:

Barfield Thomas (Editor) (2000) Diccionario de antropología, México, Siglo XXI.

Garriga Zucal José. 2007. Haciendo amigos a las piñas: violencia y redes sociales. Buenos Aires, Prometeo.



[1] Ver el artículo: http://www.salvemosalfutbol.com/Muertes_emparentadas_y_venganza.htm

[2] Garriga Zucal José, ( 2007) Haciendo amigos a las piñas: violencia y redes sociales. Buenos Aires, Prometeo

 

(Por: Santiago Uliana,  Diego Murzi y Sebastián Sustas)