Modelos globales de seguridad en el fútbol

Ovejitas, aplastadas

Ovejitas, aplastadas

Del consumo al control policial permanente.

Desde hace tiempo el fútbol profesional funciona de acuerdo a una lógica global. En torno a la problemática de la violencia también existen dos grandes modelos de gestión de la seguridad en los estadios que operan igual escala. La denominación que reciben los modelos se refiere al tipo de hincha que desde las prácticas de control se busca construir. Al primero de ellos lo denominaremos “Modelo hinchas consumidores”, y apunta hacia la construcción de un tipo de hincha que se asemeje más al de un consumidor de cualquier otro tipo entretenimiento que al del tradicional fanático del fútbol. En este primer modelo, el estadio es una especie de gran shopping center de fútbol, donde los hinchas – consumidores que participan del entretenimiento se comportan de manera menos violenta. En paralelo, para aquellos sujetos irreductibles a esta lógica mercantilista, se destina el montaje de un dispositivo de vigilancia permanente, en donde la eficacia se asienta principalmente en la amenaza del uso de la fuerza policial. Fuerzas policiales especialmente entrenadas y equipadas, junto a dispositivos espaciales de separación y custodia, de los hinchas considerados potencialmente violentos, son los mecanismos utilizados para prevenir, contener y sofocar ocasionales situaciones de violencia.

En segundo término, se encuentra lo que llamaremos “Modelo hinchas peligrosos”, que consiste esencialmente en una militarización del espacio del estadio. A partir de la idea de que todo hincha es un sujeto potencialmente violento, y por lo tanto constituye un factor de riesgo, se realiza un montaje de medidas y prácticas destinadas a ejercer un control permanente sobre los espectadores. Aquí la violencia hacía los hinchas deja de ser una amenaza y un último recurso, para pasar a ser algo real, visible y constante. Las fuerzas policiales están en el estadio para, mediante el uso de la fuerza, mantener sofocados los disturbios. Los dispositivos de separación material (alambrados, pulmones de separación entre hinchadas, vallados en las adyacencias del estadio, cámaras de circuito cerrado, etc.) trabajan sobre la idea de que las rivalidades, propias del fútbol, son la causa central de la violencia en los estadios.

Veamos ahora en imágenes, a partir de un relevamiento fotográfico, como se despliegan estos dos modelos destinados a gestionar y controlar la seguridad en los estadios.

1.      Modelo hinchas – consumidores

Las primeras fotografías pertenecen al estadio Hamburg Arenas. Un típico estadio alemán en donde se diputa el torneo local; la llamada Bundesliga. De estructuras modernas, techado, con butacas y pantalla gigante éste es un sitio pensado para que los espectadores estén cómodamente ubicados y puedan presenciar el partido de fútbol con el máximo confort posible. Esto nos conduce a la siguiente pregunta: ¿fútbol o espectáculo?

Fútbol espectáculoFútbol Espectáculo1

 

A continuación una serie de imágenes nos ilustran sobre las posibilidades brindadas al hincha en tanto consumidor en el espacio del estadio. La infaltable cerveza, deliciosas comidas y todo tipo de marchandasingque “acreditan” la pasión por el emblema y los colores, son solo algunas de las tantas mercancías que los hinchas pueden comprar en los estadios – shopping europeos.

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El consumo es el mecanismo de regula de las prácticas de los hinchas. Más consumo, menos violencia: así la ecuación está cerrada. Los estadios alemanes están poblados de consumidores, que es un sujeto social menos pasional y por ende menos conflictivo.

Comportamientos previsibles atados a una lógica consumista, resultan obviamente menos violentos y más controlables por las fuerzas de seguridad. El negocio del fútbol europeo se replica de modo similar sobre todo en países como Alemania, España o Inglaterra.

Veamos ahora imágenes del mítico estadio Camp Nou del club Barcelona, en donde se refleja elocuentemente el modelo del estadio – shopping. El consumo de la marca Barça canaliza la pasión de los espectadores hacia sitios más seguros. Compras con tarjetas bancarias, de abonos anuales o indumentaria deportiva permiten obtener un registro y conocimiento pormenorizado de los gustos y hábitos de los asistentes al estadio. La información es un elemento clave para el control en este modelo de fútbol – mercado.

Sé tu propio Messi o Xavi o Iniesta o...

Sé tu propio Messi o Xavi o Iniesta o…

 

Pasión Bebible

Pasión Bebible

Arriba, fotos del interior de la tienda ubicada dentro del predio del Cap Nou, que son imágenes similares a las de cualquier otro estadio europeo. Los juegos se disputan los días sábado. La tienda está abierta toda la semana. Las ventas deben seguir.

 

En la fotografía presentada a continuación en donde se observa la boletería del estadio del Barcelona, el cartel electrónico invita a los hinchas a comprar su entrada y vivir una “Camp Nou experience”. Un club que fuera durante los años de la dictadura franquista un símbolo de la resistencia e identidad catalana, hoy sucumbe frente al mercado. El cartel en ingles por sobre el catalán, dicho de otro modo el mercado por sobre la cultura y la identidad.

Venta de emociones

Venta de emociones

El marketing futbolero trabaja sobre el rico universo de los significados que el fútbol produce. Plagado de hazañas y héroes deportivos se invita a los hinchas – consumidores, a comprar camisetas y asistir a los juegos, para poder así también ser parte de la historia. Así lo refleja la foto siguiente, en la cual circula frente al Camp Nou un bus con la leyenda “puedes ser un espectador más o animar con todas tus fuerzas y convertirte en titular”

Bus a la emoción

Bus a la emoción

 

El fútbol – espectáculo requiere instalaciones adecuadas para los consumidores que asisten a los partidos. Las imágenes que siguen pertenecen al estadio Parque de los Príncipes en París, en donde disputa sus encuentros como local el equipo del París Saint German.

Baños limpios

Baños limpios

Una imagen impensada, no solo para los estadios de fútbol, sino también para cualquier otro espacio público en Argentina.

 

Ahora comenzaremos a observar la fase represiva del Modelo hincha consumidor. Para una pequeña porción de hinchas no reductibles a la lógica del hincha – consumidor, se prevé un conjunto de mecanismos de control basados en la separación y custodia permanente por parte de las fuerzas policiales.

El dispositivo de control y separación comienza en las adyacencias al estadio, preferentemente desde los lugares en donde los medios de trasporte masivos tienen sus estaciones y puntos más concurridos. En la foto que continúa, se observa a la policía con un sofisticado equipamiento vigilando y acompañando el desplazamiento de los hinchas del Hamburgo hacia el estadio el día del “clásico del norte” frente al WerdenBremen.

David y Goliat

David y Goliat 

David y Goliat
David y Goliat

 

En el estadio los hinchas considerados peligrosos son depositados dentro de una especie de corral. Separados y filmados son etiquetados como violentos. La posibilidad de descargar violencia sobre ellos se encuentra así legitimada. Esta estrategia de construcción de la espacialidad del estadio que separa y marca a los elementos peligrosos, agiliza una posible intervención sobre los cuerpos rebeldes.

Ovejitas (aplastadas)

Ovejitas (aplastadas)

 

Ovejitas, aplastadas

Ovejitas, aplastadas

El principio de la separación de los hinchas “peligrosos” se encuentra afianzado como mecanismo de control en los estadios europeos, tal como se observa en la enorme pared color anaranjada que divide las plateas de los sectores en donde se ubican los hincas parisinos del PSG considerados potencialmente peligrosos.

 

La Gran Muralla

La Gran Muralla

 

En la fotografía que continúa la serie, se observa de vestimenta roja, el personal de seguridad privada que controla a los hinchas – consumidores. Su sola presencia alcanza para remarcar los límites entre lo permitido y lo prohibido dentro el estadio. El autocontrol de parte de los espectadores es la clave para el funcionamiento del Modelo alemán. En la misma foto, delante del controlador de rojo, con casco, anteojeras y traje negro, sube las escaleras un policía que acababa de filmar el corral con los hinchas del Werden Bremen. Máximo control y armamento sofisticado para reprimir posibles focos de desborde y violencia.

Las Caras de la Moneda

Las Caras de la Moneda

 

Cumpliendo funciones diferentes, la seguridad privada y la policía, forman parte de un mismo engranaje de control. La amenaza del uso de la fuerza es la llave para generar disciplinamiento en los estadios. En sociedades como las europeas en donde existe un gran apego por la ley de parte de los ciudadanos, estos modelos se muestran más efectivos. Contrariamente, para una sociedad más conflictiva como la Argentina, el modelo de seguridad y control de la violencia en los estadios opera bajo mayores niveles de represión y militarización. El uso de la fuerza, más real que amenaza, es utilizada para contrarrestar la falta dedisciplinamiento y aceptación a las nomas de nuestros ciudadanos. Veámoslo en imágenes.

 

2. Modelo hinchas – peligrosos

En serie la fotográfica que continúa retratamos el recorrido habitual de los hinchas en su ingreso a las canchas argentinas, para observar el conjunto de mecanismos de control a los que son sometidos y en el cual son construidos como sujetos violentos. En este caso vemos el desplazamiento de los simpatizantes de Estudiantes de La Plata en su ingreso al estadio de Quilmes. Ya desde fuera del estadio los hinchas son controlados y conducidos hasta los portones de ingreso por un sistema de exclusas. Sucesivos vallados que van filtran y generando un efecto de goteo con una fuerte vigilancia policial. Para el operativo de seguridad todo hincha es potencialmente violento y por ello debe ser celosamente controlado.

 

Tamizado y Zarandeo

Tamizado y Zarandeo

 

Tamizado y Zarandeo

Tamizado y Zarandeo

En la foto anterior se retratan las dos primeras pinzas del reten policial. Los hinchas aun no han sido cacheados en las dos primeras paradas. Deben detenerse frente al reten y esperar para ser palpados y revisados con una rigurosidad que varía según la “portación” de cara y la disposición del personal policial.

Las  imágenes de abajo corresponden al puesto de control policial tercero y cuarto, en donde si se observa con detenimiento, se ve que los hinchas son palpados y les son retirados los objetos potencialmente peligrosos, como encendedores, hebillas de cinturones, pilas, desde la percepción del operativo de seguridad el fútbol es un espacio de riesgos. Recién luego de la tercera pinza hay un control de ingreso del personal del club organizador que se ocupa de verificar los carnets de socios.

 

Goteo y Filtrado

Goteo y FiltradoGoteo y Filtrado

Goteo y Filtrado

 

 

se observa el último control policial, luego, de espaldas, con pecheras coloradas con números blancos, los controladores del club ubicados tras los molinetes en el ingreso al estadio, antes también se les había solicitado por segunda vez sus carnet de asociados y tickets a platea.

Recapitulando; para lograr a ingresar al partido los hinchas debieron sortear cinco controles policiales y tres controles civiles del personal de seguridad del club. Dependiendo de la importancia del partido y del momento de ingreso, este periplo consumirá a cada hincha entre 15 y 45 minutos.

Una vez dentro del estadio otros dispositivos de control como la separación física y el control policial permanente son combinados para vigilar de cerca a los hinchas. Abajo son retratados los pulmones de seguridad en las canchas de Quilmes y de Vélez Sarfield, una zona vacía de espectadores con presencia policial apostada en los bordes busca evitar todo contacto entre hinchas rivales.

 

Pulmón 1

Pulmón 1

Pulmón 2

Pulmón 2

Las rivalidades futbolísticas son interpretadas causales violencia. Por ello se procura evitar todo contacto entre hinchas de los dos equipos tanto dentro como fuera del estadio. Esta medida tiende a enviar un mensaje de incivilidad e intolerancia..

Los dispositivos de seguridad apuntan a ejercer un máximo control sobre los hinchas, lo cual deviene en una quita de autonomía de los sujetos que participan del futbol, quienes son tratados como si fueran menores de edad porque no logran contener sus impulsos violentos. Rejas y presencia policial contante en todos los espacios del estadio colaboran en la construcción del fútbol como un escenario de violencias.

Teatro Colón

Teatro Colón

El estadio del club Vélez es considerado por la prensa deportiva como el Teatro Colón del Fútbol Argentino. Lleno de rejas, alambrados y controles policiales nos preguntamos lo siguiente: ¿Teatro Colón o reformatorio de menores?

Un modelo de seguridad que roza con lo absurdo que apunta a controlar a los hinchas con una suerte de custodia individual. Para partidos con quince mil espectadores se pueden llegar a destinar quinientos, seiscientos o setecientos efectivos policiales.

El Uno a Uno

El Uno a Uno

 

La lógica de la seguridad deportiva asentada en evitar todo contacto entre hinchas también  continúa una vez concluido el encuentro. En las imágenes que siguen vemos a los hinchas de Estudiantes de la Plata esperar en los portones y en las tribunas acompañados de la infantería policial. Los hinchas deben aguardar unos veinticinco minutos en promedio para poder salir del estadio y emprender el regreso a sus hogares.

Hormiguitas

Hormiguitas

Vigilados

Vigilados

 

Hemos planeado hasta aquí la existencia de dos modelos de seguridad aplicados al fútbol y a la problemática de la violencia (Modelo hinchas consumidores y Modelo hinchas peligrosos), sin dudas ambos tienen puntos de contacto porque comparten técnicas de control con el fin de generar disciplinamiento social. Dos estrategias diferenciadas que producen un mismo efecto: atentan contra la condición de ciudadanía de las personas en sociedades democráticas.

 

3.      Resistencias (bonus track)

Decía el filósofo francés Michel Foucault que a toda forma de poder se opone un espacio de resistencia casi automático. De modo tal vez inconsciente y a partir de sus prácticas más cotidianas, en los estadios se observan esas instancias de resistencia a las formas violentas bajo las cuales se intenta regular y controlar a los hinchas en las canchas de fútbol.

Parados

Parados

En la foto se observa como los hinchas del PSG se resisten a la colocación de butacas en el Parque de los Príncipes y miran el partido parados en esas butacas. Esta es solo una entre varias medidas tomadas por la dirigencia del club para evitar la violencia y preservar el futbol espectáculo, que necesita imperiosamente de consumidores.

 

Trepados

Trepados

En el medio local se observan otras prácticas dirigidas a operar como espacio de resistencia, en la foto hinchas de Estudiantes de La Plata desafían las medidas de seguridad y se encaraman en lo alto del alambrado perimetral.