La prueba de la complicidad

Azorados, los vecinos de Vicente López contemplaban ayer, como sus calles habían sido virtualmente tomadas por una hordalía que sólo exudaba violencia y odio. En autos, motos, y colectivos iban y venían en derredor de un coche fúnebre con el ataúd que contenía al fallecido Fernando Morales, a quien apodaban Loco Pocho.

Lo mismo sucedió en Munro, donde además el mismo grupo arrojó piedras al paso de un tren de la línea Belgrano Norte.

Un desborde. Un desenfreno pocas veces visto al cual, valga la señalización, en momento alguno la autoridad puso freno. Por el contrario, se optó –por ejemplo- por vallar el frente del edificio de la Municipalidad de Vicente López y que los policías se pertrecharan detrás, a la espera no se sabe bien de qué, si los vandálicos hechos sucedían frente a sus narices impávidas y temerosas.

Qué nos está sucediendo señores ?

Hasta cuándo tendremos que seguir tolerando que esto ocurra, y quienes tienen que hacerse cargo de la situación miren para cualquier costado menos al lugar de frente que corresponde ?

En pocas ocasiones como en los acontecimientos de los últimos días relacionados con la muerte de Morales, se ha perfilado tan claramente la connivencia de la política con los violentos barrabravas.

Nosotros no hacemos política partidaria. Salvemos al Fútbol nunca la hizo y hoy tampoco. Porque no tenemos vinculaciones, podemos decir la verdad. Sin recurrir a ambigüedades de ocasión.

Rodrigo González, Presidente del Club Colegiales, y referente del Frente para la Victoria, en yunta con el Loco Pocho, conocido barrabrava y violento.

César Torres, Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Vicente López, a cargo de Jorge Macri, con afinidades al Frente Renovador, en yunta con los hoy detenidos, llamados  Negro Martín y Harry.

El cruce de acusaciones y desmentidas no puede ocultar el tufillo a complicidad que existe. Que si se quiere, en este caso, más que tufillo, es un hedor insoportable.

Que si estuvieron en la barra; que si se fueron de la barra;  que si fueron echados por el Loco Pocho; que si González optó por éste último; que si el Negro Martín y Harry estaban vinculados con el Frente Renovador y el PRO, pegando afiches pero andaban armados (calzados en la jerga) con lo que ello significa; que si se pagó a un sicario para que asesine (esa es la palabra) a Morales. Que sí, que no, lo cierto y muy comprobable, es que la complicidad existe y se verifica con claridad con sólo analizar los comportamientos y los dichos de los protagonistas, con excepción –obvio- del fallecido.

Y desde SAF manifestamos nuestro profundo malestar y sorpresa porque asimismo, desde el ámbito de la Justicia, la Sra. Fiscal Marcela Semería -considerada una rígida funcionaria-, optó por el camino más sencillo, que por regla general es el que adoptan casi siempre jueces y fiscales: quitar el costado político del asunto, y afirmar –en cambio-que nos encontramos ante una reyerta entre pocos que terminó con una muerte, por un tema desligado de la política, del fútbol, y del club Colegiales. Menuda facilidad para –desde la Justicia- dar por terminado como puro hecho criminal un acontecimiento con aristas claramente políticas. Que ya tuvo gravísimas consecuencias, y que posiblemente se repitan en breve, si se atiende a las amenazas de venganza de los acompañantes del occiso.

No trabaja bien la Policía. Está dicho. Tampoco la Justicia. Está  sobradamente acreditado. Los violentos barrabravas están enquistados muy profundamente en la mayoría (por no afirmar que todos) los clubes de fútbol, y las complicidades con los dirigentes de esas entidades, y con los dirigentes políticos es evidente.

No sirven hoy los lamentos de Rodríguez por la muerte de su compinche (o cómplice?) Morales. No sirven las desmentidas de César Torres y el ocultamiento inexplicable –cuando es momento de dar la cara- de sus jefes del Pro y del Frente Renovador.

Todos –violentos, dirigentes y políticos- están mezclados y tan entreverados, que con sólo escucharlos, dejan en claro con total desparpajo que existen los vínculos que por otro lado proclaman combatir.

Una vez más, un penoso y triste paso atrás.

Octubre del año 2013.